Muchos y diferentes

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La diversidad del tipo de productor socio de la Cooperativa Agraria Río de la Plata (CARIPLAL) “la vemos como ventaja”, comentó a VERDE el Ing. Alejandro Trujillo, integrante de la cooperativa ubicada en Rafael Perazza (San José), pero con una zona de influencia muy amplia. Ésta, explicó, incluye Rincón del Pino, “el eje de ruta 1 hasta San José capital, pero también a clientes del Norte de San José e incluso también de los departamentos de Soriano, Durazno y Florida”. Son 350 socios activos, con un universo de productores que va desde el que maneja 10 hectáreas al que tiene 7 u 8 mil hectáreas.

Hoy trabajamos en campos arrendados, que fuimos conociendo y que mañana tal vez no tengamos
CARIPLAL está inserta en “una región que está cerca de Montevideo y con buena caminería”, lo que es de suma utilidad para la salida de las diferentes producciones de la zona. “Se opera mucho con el mercado interno, pero también con la exportación”, apuntó Trujillo a VERDE. El perfil del productor que trabaja con la cooperativa es muy variado. “Es una zona muy diversificada, papera por excelencia y estamos en plena cuenca lechera. Además no tenemos prácticamente a ningún productor que sea mono rubro. Hoy muchos tamberos incluyen a la soja en su rotación usando este cultivo para limpiar campos de malezas como por ejemplo la gramilla”, indicó.

Dentro del rubro agrícola, “se destaca el maíz, porque desde hace tiempo se lleva adelante la rotación con la papa, porque coinciden con gran parte del paquete tecnológico como fertilización, riego, etc. Eso motiva muy buenos rendimientos que se ubican entre los 8 y 12.000 kilos por hectárea, aunque en los años secos los maíces en secano bajan sensiblemente dichos rendimientos. Y desde hace 10 años se fue introduciendo la soja y no paro de crecer, por precio y por otras bondades, como por ejemplo: la limpieza de campos”, explicó Trujillo.

Dentro de la zona de influencia de CARIPLAL, los campos hacia el Sur de la ruta 1, “son los de mejor calidad. En general, “los rendimientos de la soja son muy buenos, incluso en años bastante secos. El último, fue un año donde se puede hablar de un rendimiento promedio en soja de primera de unos 3.300 kilos. Pero la expectativa estaba en los 4.000 kilos por hectárea, por las lluvias registradas, y pensado que el agua es un factor clave para los cultivos de verano, pero la lluvia fue excesiva y faltó luminosidad. En soja de segunda es más difícil de cuantificar el rinde promedio por la variabilidad de los resultados”, explicó Trujillo.

Agregó que en la rotación con la soja, “también se mete el trigo, que en los últimos dos o tres años ha tenido en líneas generales, excelentes rendimientos y buena calidad, frente a lo sucedido en otras zonas del país”. Para Trujillo eso se sustenta en las siembras más tardías frente al o que ocurre en otros puntos del país y por el paquete tecnológico utilizado. “El rango de rendimientos del trigo en la zona se ubicó entre los 3.000 y 7.000 kilos por hectárea”.

Señaló que el área de soja que plantean los productores socios de la cooperativa se ubica en las 15.000 hectáreas, “pero no la tenemos 100% cautiva”. Y explica que “hay productores que compran todos los insumos en CARIPLAL pero comercializan una parte por ejemplo, con Molino San José, porque trabaja con dicha empresa desde hace treinta años. Las opciones son múltiples, obviamente hay productores que operan en un 100% con CARIPLAL, desde la compra de insumos, la comercialización, los seguros, el seguimiento técnico, etc.”

En la zafra de invierno “la superficie se acerca a las 12.000 hectáreas”, señaló Trujillo. Para la zafra de verano se espera un crecimiento del área. “Va a desbalancear lo que son siembras de primera con respecto a las de segunda. Si el año pasado hubo un 30% de primera, en esta zafra un 60% será de primera y el 40% restante se destinará a siembras de segunda. Crece la soja y en menor medida el sorgo y el maíz. En la zona de Rincón del Pino, el Plan de Uso y manejo de los Suelos permite, en general una rotación soja-trigo, pero el productor es consciente de la necesidad de rotar cultivos para una buena conservación del suelo”, indicó.

No tenemos prácticamente a ningún productor que sea mono rubro
MUCHO POR APRENDER

Trujillo indicó, que en cultivos de invierno en cuanto a manejo, “no hay grandes variantes de un año al otro en lo que respecta el ajuste tecnológico a chacra pero siempre sacamos la misma conclusión: hay mucho más para aprender de lo que sabemos. No hay un año igual a otro no hay una zafra igual a otra”. Trabajar con “ciclos biológicos y producir a la intemperie, hace que año a año aparezcan nuevas situaciones que necesitan a su vez herramientas nuevas para manejarlas”.

“Es todo muy cambiante y dinámico, en cuanto a lo tecnológico como en el negocio en sí. Hoy trabajamos en campos arrendados, que fuimos conociendo y que mañana tal vez no tengamos. Hoy trabajamos variedades que tal vez andan ‘volando’, las tenemos medidas y bien conocidas, y tal vez mañana no existen porque quebró resistencia a una enfermedad o porque la calidad del grano ‘se pincha’ fácilmente por efectos climáticos. Nos queda mucho para aprender”, analizó.

En trigo, “cuando comencé en CARIPLAL hace 20 años, donde se plantaba básicamente cebada, la fecha de siembra corriente era agosto. También hubo siembras de setiembre. Hoy estamos en el otro extremo de esta variable de manejo, porque la gente cada vez quiere plantar más temprano. Del 15 de mayo al 15 de junio estaría concentrado el 80% de la siembra de invierno, siempre y cuando el clima acompañe”.

En soja “la fecha de siembra también se adelantó”, comentó Trujillo. “El año pasado hubo por la temperatura ambiental y de suelo problemas de hongos (Dumping Off). Fundamentalmente en las siembras del 15 o 20 de octubre (la implantación muy lenta le dio tiempo a los hongos a trabajar). La recomendación para la zona indica que cuando arranca el mes noviembre comience la siembra óptima. A esto lo tenemos más que comprobado”.

Tal como en el trigo, cree que en soja también “falta mucho por aprender, por ejemplo en inoculantes, número de plantas a la siembra, distribución y densidad según variedad, fertilización con potasio, etc.”, explica.

Trujillo dijo que los trigos de la actual campaña, luego de una siembra bastante complicada por las precipitaciones continuas que se dieron, se implantaron bastante bien, salvo en las partes bajas de las chacras. Las temperaturas en el invierno fueron más elevadas de lo normal lo que no favoreció al macollaje de las plantas pero los cultivos igual se armaron”, indicó.

“Hoy los cultivos están muy lindos, con buen potencial y dependiendo de la variedad y la fecha de siembra, están o no algo afectados por fusarium. En este sentido con respecto a otros años estamos bastante mejor, pero se verá cuando entren las cosechadoras a trabajar sobre fin de mes”, concluyó.

 

El productor es consciente de la necesidad de rotar cultivos para una buena conservación del suelo

Material extraído de revista: Verde – información agropecuaria.

 

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